Es la historia de un jefe del crimen dividido entre su legado y su deseo de convertirse en un hombre de negocios legítimo. Alexander Coates (Seagal) ha construido su imperio que ha sido bueno para él, pero malo para sus enemigos - hasta que su asesino a sueldo número uno, Roman Hurst, estropea lo que debería haber sido un golpe de rutina. Alexander perdona la vida a su protegido, pero paraliza sus manos, por lo que Hurst debe "retirarse" para siempre. En poco tiempo, sin embargo, Alexander se da cuenta que va a necesitar ayuda de Hurst por última vez cuando Iceman, un asesino despiadado, emerja. Una batalla épica de jefes y señores del crimen. Sólo uno saldrá con vida.
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