Un alijo de heroína valorado en unos 100 millones de dólares es robado del mismísimo depósito de la policía. El caso le será asignado a los agentes Burnett y Lowery, una pareja muy peculiar por los métodos que utilizan. La única pista que tienen para comenzar es la de una testigo que les ayudará a identificar a los atracadores, y a la que tendrán que proteger.
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